contar una historia

Parece que eso tan sencillo, esa que es tan claro, es exactamente lo que olvidamos los actores. A veces estamos tan atentos a los que nos sucede como actores que olvidamos que lo único importante es contar una historia. Y entonces dar vida: a los personajes y al público.

Estos días he estado hablando con muchos actores. entre pruebas y ensayos, he visto alrededor de 100 personas.
Y escucho que hablamos de nuestros métodos, de nuestras anécdotas. Escucho que discutimos sobre lo que pensamos, sentimos, odiamos, amamos, miles de cosas sobre nuestra experiencia como actores. Y de lo que menos hablamos es de las historias que subimos al escenario para contar. Esas mismas que nos han conocernos.
Sé más de las escuelas de formación de teatro de los actores que de las obras que han interpretado. De las anécdotas de un escuela que de los personajes de la ultima obra en la que trabajaron.
Siempre suelo ser un poco antipática y espero también, un poco simpática.
Y para predicar con el ejemplo, les contaré sobre la obra que estreno el domingo en Gabinete de teatro.

Alicia es una mujer amargada y solitaria. Ha preferido quedarse en casa, custodiando no perderla a manos del ex-marido y de su nueva mujer. Tiene tanto odio y soledad que necesita descargarla y lo hace apuñalando a un perrito.
Es una obra llena de rabia, odio, venganza y muchísimo humor, si hago correctamente mi trabajo.
Es tan bueno poder ver a lo que conduce tanto odio...

Es un monólogo, pero está tan lleno de drama, que no hace falta más personajes para contar esta terrible historia.
Espero que los que la vean la disfruten y los que ya la vieron, la recomienden, aunque les de vergüenza haber compartido esos sentimientos!