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Mostrando entradas de diciembre, 2021

ya fue. yo también voy a escribir sobre #NoMirenArriba

 A Todos se nos escapa el método científico en muchas áreas de nuestras vidas.  Creo que ya ni siquiera tiene sentido discutirlo. Cientos de miles de jóvenes han escrito tesis y monografías sobre esta discusión en todas las universidades del mundo.  La discusión es hasta... vieja. Regresamos del positivismo total, para entender que había más cosas en juego. Leímos a Foucault y la conversación no daba para más. Parecía ser suficiente. Podíamos decir en una reunión que usábamos ajo para el herpes y luego comentar que el martes teníamos turno en el dermatólogo. Y nadie te diría más nada sobre eso.  Y apareció el pinche virus Covid. Y  aquí nos encontramos quienes pensábamos en poesía teniendo que defender usar un barbijo y quedarnos afuera de una discusión sobre las vacunas. Nuestras opiniones sobre los grandes monopolios de las fórmulas médicas ni nos atreveríamos a prestarlo como argumento sentados al lado de un señora o señora que dicen que las vacunas son para no sé qué experimento. O

ÚLTIMOS DÍAS DE UN AÑO (agregue usted misme el adjetivo calificativo)

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  Vacunarse o no hacerlo. Enfermarse o no. Cuidarse o dejar la estela de toses y síntomas. Y habrá cientos de miles de opciones más. Lo difícil de todo esto es que muches tenemos miedo y preocupaciones. Sobre la enfermedad, las secuelas, los síntomas, les seres querides, las consecuencias de las vacunas y la economía propia. Yo decidí vacunarme. Creo en la ciencia a pesar de que haya quedado metida entre los malditos lazos de la propiedad privada. Así como vivo una intensa vida espiritual rechazando todas las religiones y sectas o participo en política pero no creo en ninguna de todas las opciones de derecha y de derecha lavada. El año pasado fue difícil pero nos dio la posibilidad de tener tiempo en nuestras propias casas. A ese tiempo cada quien llegó con lo que tenía. herramientas y recursos para soportar la existencia y la incertidumbre. Este año fue más difícil, por lo menos para mí. Tuvimos que trabajar de manera presencial, seguir haciendo cosas virtuales y el miedo latente