dirigir en medio de una pandemia

Unos días antes de que se decretara la cuarentena, decidí cancelar todos los ensayos de la semana. 
La proximidad en el teatro es casi inevitable. los alientos se comparten todo el tiempo.
Unos 3 o 4 días después, escuchaba al presidente decretar la cuarentena.
Yo estaba trabajando  en varios proyectos en ese momentos. Proyectos de diferentes temáticas, en diferentes procesos y en diferentes etapas de los procesos. Alguno proyectos se quedaron en pausa y en otros elegimos el camino del ensayo virtual. Quiero decir, que a estas alturas de la cuarentena, los que habían quedado en pause, retoman de a poco su trabajo.

Bueno, la cosa es que nos pusimos a ensayar por whatsapp, zoom, jitsy meet, facebook sala, y cada día aparecen dos o tres apps más.

Y la verdad, ahora con el diario del lunes, si sólo hubiesen sido 15 días de cuarentena, hoy me doy cuenta de que no era tan imprescindible hacerlo por 2 semanas. Pero por suerte, lo hicimos, porque de lo contrario, si hubiésemos dejado pasar esos 15 días, quizás algunos proyectos hubiesen caído.
Ensayar, nos mantiene vivos a los actores y directores. Es muy difícil sobrellevar la vida sin ensayar. 

Así es que para nosotros, nunca fue una opción. Encontramos con cada proyecto nuestros tiempos. 
Fue muy importante la decisión de no exigir a los actores  ensayar cada semana. Nos dimos la posibilidad de atender a nuestras emociones en época de pandemia.

Esa posibilidad nos hizo mantener el trabajo. La premisa fue "para que mañana estemos todes, hoy tenemos que entender a todes". Qué quiere decir eso? Poder entendernos en nuestras dificultades a la hora de pasar este extraño tiempo. Es una situación muy extraña. El mundo llora miles por días y otres estamos adentro, sin poder comunicarnos con otros. sin ver a muchas de las personas que queremos y necesitamos. No podía como directora exigir a los actores estar siempre en los ensayos. Yo misma tuve que cancelar alguno, porque en estos tiempos de cuarentena, algunas emociones estaban muy a flor de piel y la virtualidad lo hacia dificil. No era lo mismo que un  ensayo normal.

Ahora, cabe la pregunta: ¿Se puede estrenar una obra que sólo se ensayó virtualmente? Si el estreno es en un teatro, no. Los ensayos virtuales no son lo mismo. No es igual. Desde la imposibilidad de ver a todes juntes, hasta los humores que perfuman el ambiente y que así, jamas podremos oler.

También en plena cuarentena surgió un proyecto de estreno virtual. Una obra montada y ensayada en la virtualidad y ahora estrenaremos en virtualidad.
En esta obra, trabajamos sólo desde el primer plano.
Usando la cámara como elemento hacia quien dirigirnos. O ese ojo fisgón o interesado o curioso del espectador. La cámara te pide cosas que cuando sólo haces teatro, no sabés dárselas.

Peeero, hemos hecho algo lindo, y la obra Una puta en el manicomio de Darío Fo y Franca Rame es lo suficientemente potente para darnos el valor necesario.

Aquellas obras que estrenaremos en un teatro necesitan del ensayo real. No sabemos cuándo sucederá, pero, lo esperamos  con ansia.
En virtualidad hemos podido trabajar mucho el decir. Eso es fabuloso. Nunca tenemos tanto tiempo para trabajar tanto un aspecto. Falta poner el cuerpo. 

Y además de poner el cuerpo, falta algo en el aire. Falta ver el cuadro completo del montaje. Falta ver cómo se ve. Esa mirada desde lejos, de toda la acción. 
Cierto es que el trabajo virtual ha dado mucho al ensayo del decir. Y la verdad, allí se abrió todo un trabajo interesante, lindo sobre lo que sale al decir.

Las palabras son como pequeñas hamacas que en su balanceo expulsan y absorben emociones y sentimientos.
Creo que he podido ser más consciente de todo lo que dicen las palabras al decirse. Todos los sentimientos, emociones y cuestiones. 
Algo sí me ha sucedido y creo que también pasa a otros actores con los que ensayo. En modo virtual, el silencio es aún mas difícil de sobrellevar.
Nos cuesta más estar en silencio en modo virtual. Claro, qué sentido tiene una video llamada si no hablas o escuchas. 
Bueno, los silencios parecían estar fuera de la virtualidad, aun ensayando. aun sabiendo que eran necesarios hacerlos.
La virtualidad nos acelera de alguna manera. Por eso, para ensayar, la virtualidad no sirve del todo. 
Nos mantiene vivos, nos ayuda a seguir adelante y no perder el norte, esa fecha de estreno que es imprescidible. Pero no da todo lo que se necesita.
El teatro es algo vivo. algo que transcurre cerca, que comparte el aire y los olores.
El teatro es sentir el cuerpo del otro. Es mojarse con las lágrimas del compañero arriba del escenario. Es escuchar el ruido de la incomoda silla de la fila 3.
Pero, en época de pandemia, sin poder salir de casa, agradezco la posibilidad virtual. 

Me interesaba compartir estas cosas que pensé y sentí en estas semanas de cuarentena. 
La cosa es que dejar de ensayar, no puede ser una opción y tampoco exigir puede ser la manera de trabajar.










1 comentario:

  1. Excelente reflexión Marce...agradezco que pese a todo..hayamos seguido adelante atraves de esta puerta virtual que se abrió...atraves del deseo compartido de seguir creando investigando jugando y mostrar ese recorrido ese trabajo...que la magia de la del teatro haga esfuerzos por traspasar el ojo de la cámara y llegar a ese público virtual de una manera que parezca cercana aunque no lo sea...hasta tanto pueda ser...

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