yo, directora. Gracias Lorenzo!
Como directora utilizo
en la dirección de actores el método de La
Acción Pura creado por Lorenzo Mijares.
Se
trata de una especie de partitura que
tiene cinco conceptos básicos que son dados al actor: gesto, acción, tono, ritmo e intención. Desde
estas cinco pautas el actor podrá, a través de la repetición acceder a los
estados de conciencia propios de la Hemoficción. Podrá acceder, a través de
utilizar su cuerpo como instrumento, a las emociones de los personajes: el
actor no necesita de sus vivencias personales para invocar ciertos estados
anímicos; llegará a ciertos estados anímicos si de manera obstinada respeta las
cinco pautas básicas de su personaje siempre apoyadas en el texto dramático.
Que hable con el tono y el ritmo de su personaje. Que se mueva y gesticule como
su personaje y que cuando utilice las intenciones, sean las del personaje. Tal
vez, esta última sea la más difícil de concretar, pero ayudarán tanto las
cuatro restantes como el trabajo humano que se crea entre el director y el
actor.
A
estas cinco nociones llega el director especializado en la obra de Juan Trigos
S. a través de la intuición, como única herramienta.
El
director de Hemoficción trabaja obstinadamente en no preguntarse, en no
explicarse, dejando de lado todo razonamiento, toda especulación. Sólo cuando
se entrega a la obra de manera intuitiva y respetuosa del texto dramático, el
director consigue dejar fluir los personajes tal y como son, porque entendemos
que esos personajes, no los creamos los directores ni los actores de
Hemoficción. Esos personajes viven, existen, habitan en los textos dramáticos;
como directora les escucho.
Así
es que el actor de Hemoficción accede de manera guiada y segura a la
interpretación de su personaje, en la acción pura. Mientras más me alejo de las razones, más cerca me coloco del
personaje.