Libre Fuerza en el escenario.
Directora y actriz de Teatro.
Promotora cultural.
Escribo a veces. Feminista y Zurda
El Ojo de Edipo: A menos de una semana...
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El Ojo de Edipo: A menos de una semana...: Como actriz...estoy contenta. Me gusta lo que estoy haciendo con el personaje. Creo que puedo disfrutar más moviéndome en el escenario sien...
Esta soy yo siendo éste. Es el Cacho. Un señor muy pasado de epoca que ni siquiera lo advierte. Un machista que se entretenía con Sovofich, vota a la opcion más de derecha que le ofrezcan y entiende que según tu profesión se puede saber tu orientación sexual.
Quizás el perosinimoderechoso de Massa sería otra agonia innecesaria. de todas formas, esa no es la discusión. ahora llegan hasta los nombres que nos hacen recordar a los 90. esa época en la que la clase media vivió despitada mirando sus tarjetas de crédito recién estrenadas mientras las villas miserias crecían y hacían raíces profundas en estas tierras. nos encaminamos a una época en que vendrán a querer sacarnos todo. sigo creyendo en la reacción de este pueblo que tiró dictaduras, gobiernos neolibareles y hechó coronas. Ojalá el peronismo no vuelva como salvador a reorganizarle el país a la derecha. que es más o menos lo que siempre han hecho. Ahora Milei dice que tiene que solucionar el kilombo que hicieron los mismos que trae para que solucienen los problemas que ellos mismos hicieron!!...la danza de neoliberales baila sobre los restos de basura que vienen dejando desde las dictadura cilvicomilitar. hay que estar preparade. Las zapatillas con cordones fuertes. y el alma roja, s
Ella era una niña cuando se metía a escondidas entre las rodillas de los generales y coroneles. Bajo la mesa, sus cuclillas infantiles le permitían escuchar charlas sobre las decisiones que se tomaban. El tacto de la tela de esos pantalones color verde, esa aspereza prolija, esa sensación le duró toda su existencia. Ella creció escuchando aquellas charlas llenas de política. De grandes afirmaciones. De fuertes discursos por la patria. Su vestido todavía de tul y seda, su cara angelical, todo en ella era la de una niñez impecable. Aun así tenía permiso para hacer travesuras: ella podía esconderse jugando a no ser vista y escuchar conversaciones de señores grandes que querían gobernar el país en donde ella crecía. Desde el escritorio, su padre la miraba esperanzado. En ella, con su angelical mirada para hacer travesuras veía un triunfo absoluto. A ellos le tocaba la difícil tarea de ir con toda la violencia y la muerte para hacer de este, un país serio. Un país insertado en el mundo