Comienza el año...

Si hoy fumara algo que ya no fumo, tal vez creería que no vale la pena hacer balances. 
Pero la verdad es que siempre los he hecho de una u otra manera. Es maravilloso hacer el recuento de las cosas importantes que han pasado en los últimos meses de tu vida. Claro que cuando fumas esas cosas que ya no fumo, poco hay para recordar. Y no tanto por la memoria, sino porque  se pasa mucho más tiempo en el sillón imaginando lo que nunca harás.
La cosa es que haciendo este inevitable balance que me fascina hacer, me emociono de pensar que sigo viviendo en esta tierra lejana que es Catalunya, o España (para mi es casi lo mismo). Estoy contenta de haberme mudado de mi país natal, que es tan maravilloso como este, pero del que necesitaba salir para dejar de ser Marcelita y convertirme en Marxela. Es un juego de palabras tonto el cambio de mi nombre, más bien, lo importante es  sacarle ese diminutivo a Marcela. 
Haciendo el recuento también pienso en mi primera gira internacional: ROMA-TORINO. Fue fabuloso poder viajar a actuar y poder estar 15 días trabajando por mi proyecto y mientras poder visitar el foro Romano, y la Basílica de San Pietro. (un poco de república, un poco de religión, y mucho de arte. Mi combinación preferida)
Esa gira es lo más importante que hice en este año 2010. Me di cuenta que era Actriz, que de verdad era Actriz. 
Me hizo entender la soledad en la que tuvo que vivir un ser tan maravilloso como Einstein para decir que lo peor era la estupidez humana y dejé una huella que todavía late en Roma y Torino. Fueron funciones maravillosas de mis monólogos que crearon la posibilidad (en mí) de seguir yendo a Italia a compartir mi trabajo.
Este año fue maravilloso también porque estrené Charro Sangriento. Una obra que asusta de tan inmensa.
Participé en los cortos de Alberto Durón e hice teatro en Catalán!!!!
Juan Trigos me dedicó una obra y la compañía ha crecido enormemente. A eso sumo el Festival III Edición, las exposiciones de Laura Sveva, el crecimiento de los talleres de actuación y dirección. El seguir trabajando al lado del artista que más admiro y respeto (Lorenzo Mijares) y haber seguido presentando el Ojo de Edipo, mi primera obra como directora.
También he hecho crecer el teatro callejero y he abierto más puertas a mi trabajo.

El balance es fabuloso. Quedan cosas en el tintero: la nueva Sede de Teatro de Hemoficción y conseguir promocionar más y mejor el trabajo. Pero bueno, para eso estará el 2011 y como ya no fumo lo que antes fumaba, no sólo serán imaginaciones.


 

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