Diana Cazadora. Teatro

Estrené Diana Cazadora de Cabezas en Catalán en 2009. Sufrí ese estreno como pocos. No sólo me enfrentaba a un gran monólogo. Me enfrentaba a actuar en catalán, una lengua espesa en la pronunciación.
Hice algunas funciones en Barcelona y llevé a Roma la obra. Actué en catalán en un festival internacional.
Un tiempo después, comencé a trabajarla en castellano. Me costó y me sigue costando lidiar con la traducción simultanea y desobediente. No he conseguido aprenderla exacta como es en castellano, siempre se me meten las estructuras del catalán a la hora de decir algunas frases.

La primera vez que la actué en castellano, salí del teatro y estuve una hora llorando. nunca pude explicar exactamente que pasó. Tampoco es importante. Pero no pude dejar de llorar durante un poco más de una hora. después, se me cortó en seco el llanto y fui a celebrar, esta especie de estreno.
Así siguieron funciones en la calle, en los teatros. Mercados. Una temporada la hice en la parte de atrás de la catedral de Barcelona. Tomé la calle con la Diana y fue una experiencia fabulosa. Algunas veces, la gente llamaba a la policía denunciando que había una "loca pegando a la gente en la calle con un látigo".
Después me metí a dirigirla. Respetando el montaje de Lorenzo Mijares, dirigí a Cristina Arana, Ángela Tejedor y a Cecilia Cemino.  Fue muy interesante el trabajo de dirección. Pero es difícil encontrar actrices que se impliquen durante temporadas largas. Si algo he aprendido en estos años haciendo Hemoficción, es que cada función me da más y entonces  soy capaz de dar más. Pero no he encontrado una actriz capaz de animarse a esto.
A acumular una suficiente cantidad de funciones como para dar vuelta la cáscara de la naranja.
Hoy, la estoy presentando yo en Córdoba.  Me divierto y me animo a seguir descubriéndola. Sigue pegando fuerte la frase: "apenas una cruza la linea de la adultez mil voces se te cruzan en el camino diciendo, a que no te atreves Diana, a que no te atreves Diana". Y es que es cierto. Cada vez que crucé una de estas líneas, mil voces se me cruzaron diciendo: a que no te atreves Marxe. Y me atreví, eso fue lo maravilloso. 
Llevé a la Diana a uno de los teatros más prestigiosos de Madrid, nos entrevistaron en diarios, revistas. y sigo trabajando en ella. Si es en la calle, en un teatro o donde sea. La Diana sigue obligando a que me atreva. Es una obra tan fabulosa como cualquier pieza de Juan Trigos. 







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